martes, 25 de septiembre de 2007

Foro FIloeducant

Para aquellos que gustan de los foros acabo de crear una opción más para comenzar a debatir lo trabajado y analizado en clase.
La dirección que les permitrá acceder a él es http://86820.forums.motigo.com/
Una vez que accedan al sitio deberán registrarse para crearse de esa forma un nombre de usuario y contraseña de acceso al mismo.

Recibirán un correo que les confirmara su nueva cuenta y podrán comenzar a escribir como en cualquier foro de los presentes en la web.
En la columna de la derecha del blog arriba del título "Etiquetas" coloqué un acceso directo.
Espero que se animen a hacer uso de él.

Silvia Núñez

viernes, 21 de septiembre de 2007

Comentario sobre la película “Un lugar en el mundo”

A propósito de la última clase (escuela, los invariantes) encuentro que en esta peli está lo que no puede faltar, el intercambio de conocimiento en encuentros asimétricos entre dos (o más) personas.

Se trata de un maestro rural, su esposa médica y Ernesto, su hijo. Más allá del tema principal de la historia a cerca del compromiso con uno mismo y sus convicciones, voy a hacer una lectura desde la filosofía de la educación sobre cuestiones relacionadas con el quehacer docente.
En una escena central, el maestro aprovecha la visita en la zona de un geólogo para pedirle una clase “sobre piedras” para sus alumnos de distintas edades. Esto me llevó a reflexionar sobre la naturalización de la graduación y secuenciación de los contenidos a enseñar, propios de la instrucción moderna. Desde el momento en que se trata de una escuela multigrado, a cargo de un solo maestro, el grupo de alumnos, no homogéneo, necesariamente comparte clases en las que se enseñan distintos niveles de conocimiento. Pero este docente además ejerció la libertad de exponer a sus alumnos a conceptos nuevos, permitiéndoles otra significación del suelo que estos chicos habitaban. El geólogo no tenía método pedagógico y el tema no era curricular, pero como improvisado maestro de ciencia logró atrapar a la audiencia. El gusto y la pasión por la actividad del científico fueron transmitidos. De la sencilla acción de presentar otro discurso a los alumnos, para ampliar su panorama del mundo, frente al “alma revelada de las piedras”, se produce el subproducto acaso deseado por ambos maestros, el titular y el suplente: al menos uno de los chicos decide que será geólogo.,
Otra escena, a mi juicio reveladora, me recordó el texto de Ranciere , “El maestro ignorante”. El hijo del maestro, con sólo doce años descubre que la hija de un capataz de un campo vecino no sabe leer y decide enseñarle. ¿Hace falta aclarar que no sabe El método? Tampoco se le ocurrió nada parecido a la gradualidad, Sí lograron el lazo común del que habla Merieu; y sin texto, arrancó “el maestro ignorante” a leer con un libro que a él le gustaba.
“Leer ficción puede aumentar las posibilidades de la conciencia” escribe Kureishi[1] y a eso apunta Ernesto aún sin saberlo pero sí le dice a su alumna que saber leer le permitirá “dejar de limpiar la mierda de sus patrones”.
Creo que en ambas escenas se reconoce lo invariante de la situación educativa, sacando las eventualidades de la clase informal (que aunque se realiza dentro de la escuela, quien transmite no es maestro) o la otra, fuera del espacio y regulaciones escolares, (donde el adolescente busca el encuentro para transmitir símbolos que proporcionarán orientación[2] a su amiga) En las dos creo reconocer la intención de transmitir significados para comprender mejor el mundo de la época en que les toca vivir.


Nora Rodríguez


[1] Hanif Kureishi. (2005) Mi oído en su corazón
[2] siguiendo la definición de conocimiento de Norbert Elias (1994) citado por E. Antelo en el artículo ”La pedagogía y la época”

miércoles, 19 de septiembre de 2007

¿Educar?

Mediación, poner a disposición, comunicar, guiar, acompañar, facilitar, domesticar, provocar, imitar, replicar... Estos son algunos de los vocablos y conceptos asociados al educar. La lista se puede ampliar abrevando desde diferentes vertientes e interpretaciones. Los invito a continuación a mirar un par de vídeos que merecerán comenzar a construir reflexiones consensuadas y divergentes entre todos. Anímense a dejar sus comentarios para comenzar a debatir a través de este blog que es "nuestro espacio".


lunes, 10 de septiembre de 2007

Tango Desencuentro

Aquí va la letra y audio del tango Desencuentro mencionado en la clase pasada.


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Música: Aníbal Troilo Letra: Cátulo Castillo
Estás desorientado y no sabés qué "trole" hay que tomar para seguir. Y en este desencuentro con la fe querés cruzar el mar y no podés. La araña que salvaste te picó -¡qué vas a hacer!- y el hombre que ayudaste te hizo mal -¡dale nomás!- Y todo el carnaval gritando pisoteó la mano fraternal que Dios te dio. ¡Qué desencuentro! ¡Si hasta Dios está lejano! Llorás por dentro, todo es cuento, todo es vil. En el corso a contramano un grupí trampeó a Jesús... No te fíes ni de tu hermano, se te cuelgan de la cruz... Quisiste con ternura, y el amor te devoró de atrás hasta el riñón. Se rieron de tu abrazo y ahí nomás te hundieron con rencor todo el arpón Amargo desencuentro, porque ves que es al revés... Creiste en la honradez y en la moral... ¡qué estupidez! Por eso en tu total fracaso de vivir, ni el tiro del final te va a salir.

domingo, 9 de septiembre de 2007

El cuerpo y la sociedad (Segunda parte)

Acerca de los niños y su crianza
Los siguientes párrafos representan recortes que aluden a la presencia de ciertas prácticas en un momento en que el cristianismo había comenzado a alcanzar cierto grado de vida pública.
Hermas había sido liberto antes de convertirse en profeta cristiano. Él y su esposa trataron de vivir en castidad como consecuencia de la renovada vocación visionaria que lo había conducido a componer el Pastor. Su impulso moral buscaba alcanzar y exhortar a otros a que lo hicieran, un estado de sencillez infantil. El término que usa Brown es nepiotés y lo define como piedra angular del conjunto de ideas morales que tenían gran importancia dentro del conjunto de familias cristianas. La idea de Hermas apuntaba al niño que aún no había alcanzado la pubertad, que era “inocente” de “corazón sencillo”, “carente de malicia”, niño que se convertiría en “hombre luminoso y la Iglesia cristiana estaría compuesta de hombres así como el mismo Hermas deseaba ser.
Pablo de Tarso, quien se consideraba apóstol revelado por el mismo Jesucristo, afirmaba que el reino era accesible a la totalidad de los paganos, a los “gentiles”, a las personas que no habían sido circuncidadas. Pablo alegaba “que ni la circuncisión es nada ni el prepucio (de los gentiles), sino la nueva criatura.
Se consideraba que los niños eran insensibles a la vergüenza sexual de los adultos, y del mismo modo, a la necesidad de vestimenta de los adultos, todavía no estaban totalmente incorporados a la estructura de la sociedad adulta.
El bautismo de los niños se presentaba como un rito de eficaz desexualización, los iniciados jóvenes y adultos entraban desnudos a la pila bautismal, la ropa “sexualizaba” el antiguo cuerpo, junto a la pila bautismal eran como niños pequeños. El agua fría anulaba el fuego caliente que se había recibido en el nacimiento.
En el capítulo “De Pablo a Antonio” se especifica que los profetas iniciaban su vocación siendo personas entradas en años, conocidos por la comunidad cristiana, tenían hijos engendrados por ellos que habían criado como cristianos, cuidaban de su familia y de su fortuna personal, no eran peregrinos ni ermitaños.
La religión influyó en los modos de crianza porque se convirtió en una religión de jóvenes, de manera que para las familias cristianas ya no era el padre el encargado de “guardar” a sus hijas en estado virginal para el futuro matrimonio. El niño prepúber llegó a ser presentado como el guardián de su propio cuerpo. Vemos entonces, una autorregulación con respecto a las prácticas sexuales ya que era el propio niño quien elegía guardar su propia carne como virgen a través de votos de continencia perpetua.
El capítulo 11 “Ascetismo y Sociedad” expone la idea del desierto como mito liberador, delimitaba la presencia imponente del “mundo” del que el que el cristiano debía librarse subrayando una frontera ecológica. A modo de “contramundo” representaba un lugar donde podía desarrollarse una ciudad alternativa. Los grandes monasterios surgieron como aldeas alternativas, surcadas de murallas protectoras. Dado que los monjes estuvieron cada vez más implicados en el mundo habitado, como árbitros privilegiados de los grandes, como consejeros espirituales, la desconfianza sexual se concentró en los bordes del desierto.
La sensación de peligro sexual que acechaba los cuerpos de los monjes, era mucho más pesada en los novicios. Estos provenían, bien empujados hasta allí por sus padres por el hambre o habiendo sido donados a los ancianos como ex votos humanos. Los ricos tendían a negar al desierto su prole sana y talentosa, mientras que reservaban a los mejores para el matrimonio.
Muchos dirigentes de la vida en el desierto habían llegado allí en estado de madurez por lo que la sexualidad no desempeñaba un papel demasiado importante en la visión de sí mismos; dado que eran personas con firmes papeles sociales, sus pecados provenían de la voluntad (cólera, orgullo, sensibilidad a la posición social). En cambio, los monjes jóvenes, sin perfil social claro, no eran más que sus propios cuerpos vigorosos, por lo que su asimilación a la vida del desierto tenía que adoptar la forma de una disciplina de marcado carácter sexual.
El código de conducta para los novicios era meticuloso. La vida en la celda implicaba un conjunto de prácticas como, por ejemplo, cargar la bolsa de los visitantes, ceder el paso, sentarse con los visitantes, en constante vigilancia en razón de la sexualidad que se ocultaba en su interior:
“La trampa que el demonio tiende a la humanidad, especialmente a los jóvenes, es el cuerpo. Acostumbra tus ojos a no
mirar nunca el cuerpo de ninguna persona, ni siquiera, si es posible, el tuyo propio.
Nunca digas a nadie: Coge la sabandija que tengo en la barba.”
Prácticas fuertemente prescriptivas acerca de la “entrada al mundo” de estos jóvenes se detallan en este capítulo:
“ Con las rodillas juntas, las túnicas cubriendo los pies, los cinturones bien apretados para impedir que las manos se extravíen durante la noche, los jóvenes monjes entraban al mundo con los ojos bajos, teniendo cuidado en no comer nunca en compañía de ninguna mujer.”
En el mismo capítulo, Brown describe a las vírgenes de la Iglesia como muchachas jóvenes casaderas, con amor hacia la idea de la virginidad que permanecía latente en el fondo del corazón de todos los niños cristianos que actuaban sin libertad. La familia decidía la suerte de las jóvenes, ser “esposa de Cristo” era ser ex voto humano, ya no seguía siendo una mujer. Los parientes tomaban la decisión en función de conseguir alguna ventaja material. La madre podía también cambiar el voto, decidía casar a la hija y ofrecer a Dios el voto formal de mantenerse viuda. El autor cita a John Boswell y Cynthia Patterson señalando que los niños varones considerados útiles, se entregaban a amigos para que los criaran. Existía un paso muy pequeño entre dar los hijos a un amigo y consagrarlos al monasterio local.
En el capítulo “De Ambrosio a Agustín” el nacimiento virginal de Cristo aparece acompañado de la noción de inmaculado, sin cicatrices de la relación sexual. Contrapuesto con el nacimiento humano y la concepción que estaban asociados a una serie de manchas, de contagio: estas manchas indicaban la índole antiespiritual del coito. También el bautismo infantil en las iglesias se consideraba parte del contagio.
En relación al cuerpo, Brown advierte la consternación que su indeterminación producía. El cuerpo de los hombres jóvenes ya no podía disfrutar del ludus, período bisexual que se permitía antes de que la sociedad pusiera al joven en el lugar de estadista casado. El cuerpo se consideraba un templo, las relaciones sexuales se limitaban a la función de engendrar hijos con personas del sexo contrario.
Los hijos, ya no se hallaban en zona neutral aguardando que la familia decidiera si eran relevantes o no para la sociedad. Temas como la anticoncepción, el aborto y la exposición de los hijos quedaban condenados.
En el siglo VI, el antiguo derecho del padre romano a decidir si deseaba aceptar o no el hijo recién nacido se mencionaba como una costumbre pagana. La vida conyugal se vio influenciada por la importancia dada al papel de Dios en la formación del hijo en la matriz. Se consideraba que el acto sexual escapa al control racional y quizá esto lleva a rechazar la fantasía de una sexualidad eugenésica. Se creía que aquellos que copulaban los días de abstinencia, engendrarían leprosos y epilépticos.
En tiempos de Agustín, las costumbres contra las que tenían que luchar los hombres y las mujeres jóvenes, en Roma y en el sur de Italia, eran las creadas por la posesión de una enorme riqueza, por el peso aplastante de las expectativas sociales, y por la avaricia y la crueldad ligadas al ejercicio del poder. Este era un ambiente muy distinto del mundo en que se había educado Agustín, quien dedicó mucho tiempo de su vida a defender el punto de vista de que las relaciones sexuales eran una “sombra en miniatura de la muerte”.
La confirmación de los vínculos ideales entre la madre y el hijo (en clara alusión a Cristo y a María) afectaba particularmente a una sociedad que ya no se consideraba una asamblea de ciudadanos, sino un conglomerado de familias devotas, compuestas de madres, padres e hijos cristianos.
Ana María Aspe y Susana Da Luz

EL cuerpo y la sociedad (Primera parte)


El cuerpo y la sociedad

El texto “El cuerpo y la sociedad, los cristianos y la renuncia sexual” es un ensayo de Peter Brown. Está publicado por Muchnik Editores S.A. en 1993 en España y Antonio Juan Desmonts es el traductor. Brown, fue profesor de Lenguas Clásicas e Historia en la Universidad de California, actualmente Rolling Profesor en el Departamento de Historia de la Universidad de Princeton, es autor además, de “Biografía de Agustín de Hipona” traducido al castellano.
En el texto que nos ocupa, el autor estudia la institución de la renuncia sexual permanente. Describe la abstinencia, el celibato, la virginidad perpetua desarrollada en los círculos cristianos entre el sigo I y el V.
A manera de reflexión, desfilan “la sexualidad, el matrimonio, la familia y las nuevas posibilidades abiertas para hombres y mujeres por una revolución sexual sin precedentes que si bien arrojó “una sombra fría sobre el lecho”, generó una verdadera posibilidad de liberación: el cuerpo individual ya no era un mero eslabón que llevaba el nombre del padre y la fama social a la próxima generación y los hombres ya no estaban programados por la Naturaleza” según expone la contratapa.
A continuación de los datos de editorial, puede verse un mapa de Europa, este de Asia y norte de África a modo de escenario de época; a continuación puede leerse una línea cronológica con la ubicación de los distintos personajes (25 a.C. hasta 500 d.C.)
Como está organizado el texto:
Presenta prefacio, tres partes, epílogo, bibliografía e índice analítico.
A lo largo del prefacio, Brown ubica su exposición en el siglo II , en un mundo pagano donde el cristianismo había alcanzado cierto grado de vida pública. El autor pretende un libro sobre la cristiandad primitiva en particular, no sobre la antigüedad tardía en general.
El recorte obedece al estado de los estudios académicos sobre la sexualidad y la familia en el mundo antiguo, terreno que Brown percibe como escasamente explorado.
La obra se ha basado en autores como William Lecky con su History of European Morals from Augustus to Charlemagne y Caroline Walker Bynum, autora de “Holy Feast and Holy Fast: The Religions Significance of Food to Medieval Women” además de documentos como fuentes primarias y numerosos autores dentro de las fuentes secundarias.
La primera parte: De Pablo a Antonio consta de diez capítulos.
Segunda parte: Ascetismo y sociedad en el Imperio de Oriente, capítulos 11 a 16
Tercera parte: De Ambrosio a Agustín la creación de la tradición latina, capítulos 17 a 19
Epílogo: Cuerpo y sociedad: los comienzos de la Edad Media

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Otra mirada para analizar las "formas del nacer y del crecer"

Este video trata sobre las adopciones irregulares, ilegales o falsas filiaciones ocurridas en la Argentina y de la búsqueda de la identidad biológica, raíz y prehistoria de las personas adoptadas ilegalmente.
Los casos no se relacionan con los ocurridos en la dictadura.
La direcciòn del corto pertenece a Diego Velázquez Viard y fue premiado como el mejor Corto en el XX Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Links a textos (Primera parte)



La falsa antinomia entre enseñanza y asistencia. (Estanislao Antelo).

El malestar en la cultura. (Sigmund Freud)
http://www.libertadexpresa.com/acervo/libros/Freud_Sigmund-Malestar_en_la_cultura.pdf

Historia del cristianismo (Paul Johnson)
http://books.google.com/books?id=P2LR4-y-PgIC&dq=historia+del+cristianismo&pg=PA1&ots=Wr3-ALp3JY&sig=CdGLFVwXI6LnU2dJFe6Uq3A7SdA&prev=http://www.google.com/search%3Fq%3Dhistoria%2Bdel%2Bcristianismo%26hl%3Des&sa=X&oi=print&ct=title#PPA1,M1

Entrevista a Julio Moreno
http://weblog.educ.ar/educacion-tics/cuerpoentrevista.php?idEntrev=61

La República. (Platón)
http://www.kehuelga.org/biblioteca/republica.pdf

Sobre Pedagogía.(Kant) http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02437408211804495222202/p0000001.htm#I_2_

Discurso sobre el orígen de la desigualdad entre los hombres. (Rousseau)
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12140524229031506543435/index.htm

Emilio. (Rousseau)
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/otrosautoresdelaliteraturauniversal/Rousseau/Emilio/index.asp
"Y mañaña que". "Gramatología". (Derrida) http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/textos.htm

Nada mejor que tener un buen desigual cerca (Estanislao Antelo)
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0101-73302003000100015&lng=es&nrm=iso

La educabilidad bajo sospecha.(Ricardo Baquero)
http://www.fundacionluminis.org.ar/articulos/La%20educabilidad%20bajo%20sospecha.pdf

Tarea es lo que hay. (Estanislao Antelo)
http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2005/2005seg/educacion2/estanislao-antelo-010705.asp

¿Qué quiere usted de mí? Lo incalculable en el oficio de enseñar . (Entrevista a Estanislao Antelo-SUTEBA-2004)
http://www.suteba.org.ar/index.php?r=1498

Prólogo de la modernidad líquida. ( Zygmunt Bauman).
http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T14_Docu1_Lamodernidadliquida_Bauman.pdf

Entrevista a la Lic. Sandra Carli. Los niños: un acercamiento a la historia de la infancia desde la escuela.
http://www.nuestraldea.com/2_teorias/carli.html

Didáctica Magna. Juan Amos Comenio.
http://www.universidadabierta.edu.mx/Biblio/A/AmosComenioJuan_DidacticaMagna.txt

Textos varios del miércoles 29 de agosto aún no trabajados en clase (Ana María)

E.

La misma humanización sólo es inteligible como la salida que el animal sin salida se procura en su huida hacia delante. En eso, son los hombres de cabeza a los pies, criaturas de la huida hacia delante, vástagos de la metáfora, de la metamorfosis. En tanto, para hallar una salida, se empeñan en todo tipo de esfuerzos para ser otros, mantienen en marcha la historia de la especie como trabajo para salir adelante. (Sloterdijk,1998:59).


(...) No tenía salida pero debía procurarme una, sin ella no podía vivir (...) temo que no se entienda bien qué entiendo yo por “salida”. Empleo la palabra en su sentido más común y más cabal. Intencionadamente no digo libertad. No pienso en esa gran sensación de libertad por todos lados (...) Con la libertad, lo digo al pasar, uno se engaña demasiado entre los hombres. Y si la libertad es uno de los sentimientos más sublimes, así son también de sublimes los correspondientes desengaños. No, yo no quería libertad. Únicamente una salida: a derecha, a izquierda, no pretendía más; aunque la salida fuera tan sólo un engaño; como la pretensión era pequeña el engaño no sería mayor. ¡Avanzar, avanzar! (Kafka,1979:72).


Yo era un niño, yo también era diferente, pero después uno comienza a ver tantas cosas, yo tuve que aprender a ser malo. Si vos no pegas, cobras... Tenés que aprender lo que tenés que hacer, tenés que aprender a correr. Por ahí, vos no tenes nada que ver pero cuando empiezan los tiros, la gente corre con los traficantes. Había veces en que no tenía nada que ver, estaba en una casa llena de traficantes y la policía llegaba y quería matar a todo el mundo, Entonces, si vos no corres morís. Y si vos no corres detrás del traficante, la policía te agarra y te mata, entonces tenis que escoger que vas a hacer. O corres y huís con los traficantes, porque los tipos conocen mas la favela y están armados o te quedas con la policía que te agarra, te pega, y te va a matar. Nadie quiere eso para uno. (jCastro. 2001;71).En su Diccionario de las artes, en la letra A ubica la palabra artista. Nos quiere decir qué es lo que entiende por artista. Para esto nos cuenta lo siguiente. En los trenes que iban a Auschwitz hombres, mujeres y niños estaban hacinados. En los vagones destinados para el ganado se amontonaban de pie ochenta o más personas pegadas entre sí. Algunas morían en aquel primer viaje, sus cuerpos se apretaban contra los pies de los vivos. A veces se lograba intercambiar turnos para que alguno pudiera sentarse. Los vagones estaban en la negrura. Tenían tan sólo dos aberturas. Unos agujeros en el piso para defecar. Y una rendija entre el techo y el portón corredizo por el que pasaba un poco de aire y luz.Azúa nos cuenta que era frecuente que se alzara en hombros a alguno del vagón para que le dijera al resto qué es lo que veía por el resquicio. Debía ser, por supuesto, hombre, o mujer, de poco peso. Azúa discrimina entre estos vigías. Los había minuciosos, exactos, científicos: veo una estación de ferrocarril con dos puertas laterales y una central con trampilla de madera y herrajes de latón...Estos obsesivos a fuerza de detalles provocaban la impaciencia general. Hacía del exterior un estuche de informaciones.Estaban los distraídos e inconexos que decían ver una nube en forma de Afrodita o una bandada de pájaros, luego una pareja de burgueses que parece amarse, ¿o son dos soldados discutiendo? Este tipo de cronista era inmediatamente bajado al nivel de sus compadres. También irritaban los que todo lo interpretaban desde sus impresiones personales, a los que les parecía demasiado verde una planta o muy sucio un leñador. De este modo Azúa nos certifica que ni la ciencia ni la inocencia, ni la verdad objetiva ni la expresión subjetiva les eran de ninguna ayuda, a los condenados.Pero, nos dice Azúa, los oteadores más apreciados eran aquellos que daban la noticia de un mundo verdadero, libre de la tortura y del horror, un mundo luminoso que a la vez estaba conectado al mundo de los condenados. Este vigía les dice a sus compañeros: algunas mujeres de este pueblo se han reunido junto a la estación, en el abrevadero público, y están allí apiñadas mirando nuestros vagones con disimulo. Una de ellas con un niño en sus brazos le señala nuestro vagón, así que voy a sacar la mano por la mirilla, y quizás así la mujer se convenza de que hay gente en los vagones que van a la muerte.Se tejía un hilo entre el mundo de afuera y el de adentro. Estos relatos conectaban ambos mundos, el mundo de la muerte al mundo de la vida.El oteador de los vagones cargados de condenados era el único que tenía constancia del otro mundo. Lo transmitía a sus compañeros. El mundo del vagón era espantoso, pero si el mundo de los vivos era verosímil, entonces la vida del vagón se convertía a su vez en una ficción resultante del juego de otras leyes que condenaban a vivir en el horror, sin culpa alguna, sin haber sido acusados de
nada. Se mantenía la esperanza que el horror tuviera un final. La realidad del mundo luminoso y la realidad del mundo de la muerte se ficcionaban recíprocamente.Sólo cuando el mundo de la muerte y el mundo de la vida coinciden, sólo entonces la tarea del oteador-cronista-vigía es inútil porque nadie la necesita.Azúa nos pide prestar atención al hecho de que ningún vigía consideró su tarea como un don, un talento. Sabía que su tarea no le pertenecía, sino que era el fruto de un pacto colectivo. Ni uno solo -nos dice- de los oteadores olvidó a cuál de los mundos pertenecía, aunque conociera dos mundos reales y verosímiles.El artista de Azúa es uno de los sobrevivientes de Bettelheim. (Abraham;471,472).

Metamos a un chimpancé en una jaula demasiado pequeña, cerrada por cruceros de hormigón. El animal se vuelve loco furioso, se arroja contra las paredes, se arranca los pelos, se inflige a sí mismo crueles mordiscos, y en el 73% de los casos acaba matándose. Ahora hagamos una abertura en una de las paredes, y coloquémosla al borde de un precipicio sin fondo. Nuestro simpático cuadrúmano de referencia se acerca al borde, mira hacia abajo, se queda mucho tiempo allí, vuelve muchas veces, pero por lo general no perderá el equilibrio, y, en cualquier caso, su irritabilidad se calmará de modo radical (Houllebecq; 140).