Juanito Laguna ayuda a su madre
Música: Astor Piazzola Letra: Horacio Ferrer
Nacido en un malvón le hicieron el pañal con media hoja de "Clarín".
Su barrio de latón le dio para jugar los cuentos de una fea
caperucita rea.
Juanito que es rabón, que es bueno como el pan, a veces come su bondad.
Y aguanta sin beber, sabiendo cuánta sed da el agua de la inundación.
Caracol, caracol tan chiquito y tenaz, con la cuna a cuestas,
arroró sin sol, Juanito ayuda a su mamá.
Pichón de varón; corazón, corazón de pulgarcito de arrabal,
baldea y viene y va y si ella al fin le pide el sol,
Juanito cruza el mar en un jabón de lavar.
Por la noche, mamá le da un dulce jornal
de mil besos y lo hace dormir.
"Larará, larará, larará, larará.
Dormíte Juanito, ya me olvidarás,
Juanito Laguna, cuando seas Juan"
La casita de mis viejos
Música: Juan Carlos Cobián Letra: Enrique Cadícamo
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Barrio tranquilo de mi ayer,
como un triste atardecer, a tu esquina vuelvo viejo...
Vuelvo más viejo, la vida me ha cambiado...
en mi cabeza un poco de plata me ha dejado.
Yo fui viajero del dolor y en mi andar de soñador
comprendí mi mal de vida, y cada beso lo borré con una copa,
en un juego de ilusión repartí mi corazón.
Vuelvo vencido a la casita de mis viejos,
cada cosa es un recuerdo que se agita en mi memoria,
mis veinte abriles me llevaron lejos...
locuras juveniles, la falta de consejo.
Hay en la casa un hondo y cruel silencio huraño,
y al golpear, como un extraño,
me recibe el viejo criado...
Habré cambiado totalmente, que el anciano por la voz
tan sólo me reconoció.
Pobre viejita la encontré enfermita; yo le hablé
y me miró con unos ojos...
Con esos ojos nublados por el llanto
como diciéndome porqué tardaste tanto...
Ya nunca más he de partir y a tu lado he de sentir
el calor de un gran cariño...
Sólo una madre nos perdona en esta vida, es la única verdad,
es mentira lo demás.
Madre hay una sola
Música: Agustín Bardi Letra: José de la Vega
(vals)
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Pagando antiguas locuras y ahogando mi triste queja
volví a buscar en la vieja aquellas hondas ternuras
que abandonadas dejé.
Y al verme nada me dijo de mis torpezas pasadas,
palabras dulcificadas de amor por el hijo,
¡tan sólo escuché!
Besos y amores...
Amistades... bellas farsas y rosadas ilusiones
en el mundo hay a montones por desgracia...
¡Madre hay una sola!...
Y aunque un día la olvidé me enseñó al final la vida
que a ese amor hay que volver.
Y nadie venga a arrancarme del lado de quien me adora
de quien con fe bienhechora se esfuerza por consolarme
de mi pasado dolor...
Las tentaciones son vanas para burlar su cariño;
para ella soy siempre un niño,
¡Benditas sus canas!
¡Bendito su amor!
Pobre mi madre querida
Música: José Betinotti Letra: José Betinotti
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¡Pobre mi madre querida, qué de disgustos le daba!
¡Cuántas veces, escondida, llorando lo más sentida,
en un rincón la encontraba!
Que yo mismo al contemplarla, el llanto no reprimía.
Luego venía a conformarla, en un beso al abrazarla,
cuando el perdón le pedía.
¿Por qué con ella tenemos un corazón tan ingrato?
Qué poco caso le hacemos, siendo que el ser le debemos
¿Para qué darle un mal rato?
Si es la madre en este mundo la única que nos perdona;
con sentimiento profundo, sale amor y no abandona.
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